La comida no se tira.

Empezamos la aventura de Be a Food Activist. La primera acción propuesta es reducir el desperdicio de comida. El desperdicio de alimentos se refiere a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores. Se ha convertido en uno de los problemas más importante de nuestra sociedad y se calcula que 1/3 de los alimentos que se producen a nivel global se pierden o se desperdician, siendo España el séptimo país de la Unión Europea que más comida tira (unos 7,7 millones de toneladas al año, que equivale a 179 kilogramos por persona).

Claramente, hay un excedente de comida y para la mayoría de nosotros la comida es algo que está ahí sin más, su accesibilidad se da por hecho. Sin embargo, cada vez hay más personas que no tienen ese acceso a la alimentación tan fácil, bien sea por escasez o por falta de recursos. Se estima que en el mundo hay 821 millones de personas que padecen hambre actualmente, es decir, 1 de cada 9 personas están subalimentadas.

Los alimentos que no se consumen suponen un desperdicio de todos los recursos utilizados para cultivar, procesar, transportar y comercializar esos alimentos, con el consiguiente aumento en vano de las emisiones de gases invernadero. Además, hay que añadir el efecto perjudicial sobre el medio ambiente que tiene la gestión, como residuo, de esta comida que se tira.

El cambio climático también tiene un papel importante en la perpetuación del hambre en el mundo. La variabilidad climática y los fuertes fenómenos son, actualmente, uno de los principales factores responsables del reciente aumento del hambre a nivel global. Los cambios en el clima afectan a la calidad de los nutrientes y contribuyen a una deficiente diversidad dietética de alimentos producidos y consumidos.

¿Cómo se desperdician los alimentos?

  • Los productos frescos que se desvían de lo que se considera óptimo, por ejemplo, por motivos estéticos, a menudo se eliminan de la cadena de suministro durante las operaciones de clasificación.
  • Los minoristas y los consumidores suelen descartar los alimentos que están cerca de la fecha de consumo preferente o que la han superado.
  • Grandes cantidades de alimentos comestibles sanos a menudo no se usan o sobran y se descartan de las cocinas domésticas y establecimientos de comidas.
  • Por todas estas razones sociales y ecológicas debemos detener el desperdicio y el gasto innecesario de alimentos. Hay que poner conciencia y ponernos manos a la obra.

¿Cómo podemos detener el desperdicio de alimentos?

  • Haz una lista de la compra responsable y compra sólo lo que necesites y vayas a consumir.
  • Revisa tus nevera y despensa antes de ir a comprar. Planifica tus menús semanales, haz la lista de la compra y lee bien el etiquetado de los productos.
  • Deja los prejuicios a un lado y compra frutas y verduras feas que son igual de buenas y están riquísimas. Almacena de forma inteligente. Presta atención a las formas óptimas de conservación y ten en cuentas las fechas de caducidad y consumo preferente.
  • Adopta una dieta mas sostenible y saludable, basada sobre todo en alimentos de origen vegetal
  • Cuando vayas a comer, sírvete raciones realistas. Si te sobra comida, puedes congelarla para otro día o bien convierte la comida sobrante en el almuerzo o cena del día siguiente iÉchale imaginación!
  • Muestra respeto e interés por los alimentos, los agricultores que los producen, los recursos que se gastan en la producción y por las personas que no tienen acceso a los mismos.
  • Valora trabajo que hay detrás de la producción y distribución de comida. Dale su reconocimiento y respeto, y aprende de dónde proceden los alimentos que consumes.

Es importante empezar a actuar. Piensa que sólo 1/4 de lo que desperdiciamos seria suficiente para acabar con el hambre en el mundo.

Ahora más que nunca, únete al movimiento de consumo local y de temporada y apoya al pequeño comercio y productores. Haz del «no desperdicio» tu propósito personal para crear un futuro con Hambre Cero.

Soy Carolina Alejo, dietista – nutricionista, farmacéutica y bioquímica. Me he especializado en nutrición clínica y salud digestiva.

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