Las alteraciones en la sensibilidad del gusto pueden producirse por diversos motivos y según la causa que las provoquen, estas alteraciones pueden ser más o menos grave.
La sensibilidad del gusto puede verse alterada de diferentes formas, de manera que se define ageusia como pérdida de la sensación del gusto, la hipogeusia que es la disminución de la percepción del gusto y la disgeusia que ocurre cuando el sentido del gusto está distorsionado.
¿Cuáles son las causas de las alteraciones del gusto?
- Déficits de vitaminas y minerales, en concreto carencia en zinc. El zinc está relacionado directamente con disfunciones sensoriales. Su deficiencia afecta a los sentidos del gusto y del olfato. Por otro lado, el déficit de hierro y de vitaminas B12, B2, B3, también se relaciona con atrofia de las papilas gustativas.
- Infecciones respiratorias.
- Enfermedades neurológicas.
- Cáncer.
- Envejecimiento.
- Alteraciones de la saliva.
- Toma de medicamentos: antihipertensivos, hipolipemiantes, antibióticos, antifúngicos, antiinflamatorios, antivirales, antidepresivos, citiostáticos y hierro. Estos medicamentos favorecen el déficit de zinc al tener un efecto quelante sobre este mineral y aumentar su eliminación.
La nutrición como aliada
El enfoque nutricional de estas alteraciones viene marcado por restablecer o mantener el estado nutricional, potenciar el sabor de los alimentos, favorecer la secreción de saliva, mejorar la palatabilidad y asegurar una correcta hidratación. Las siguientes recomendaciones dietéticas están destinadas al tratamiento nutricional de la pérdida o disminución del sentido del gusto y son realmente eficaces:
- Mantener una correcta higiene bucal y enjuagar la boca antes de cada comida.
- Condimentar los alimentos antes (adobo de carnes y pescados) o durante su preparación.
- Evitar temperaturas extremas.
- Reforzar aromas con hierbas aromáticas y especias.
- Tomar alimentos con salsas para aumentar su sabor.
Si el problema está más enfocado a la distorsión del sabor, resulta efectivo:
- Conocer bien los sabores alterados y los alimentos que mejor se toleran.
- No utilizar cubiertos metálicos.
- Evitar olores en la habitación donde se va comer.
- Suprimir el tabaco y el alcohol.
- Mantener una correcta higiene bucal y enjuagar la boca antes de cada comida.
- Consumir alimentos fríos o a temperatura ambiente.
- Evitar el sabor amargo (café, té, chocolate), el sabor metálico (edulcorantes artificiales) y alimentos con olores y sabores muy intensos.
- La fruta ácida ayuda a eliminar el sabor metálico.
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en zinc.
Desde la consulta de nutrición, el tratamiento dietético de estos pacientes se realiza de manera individualizada con el fin de evitar y/o corregir posibles carencias nutricionales y facilitar las estrategias necesarias para potenciar el sabor de los alimentos.